sábado, 2 de junio de 2012

Donde se abren tus pulmones.


Enséñame a dormir, pero no me dejes soñar.
Hazme caer en el abismo de locura
Donde se abren tus pulmones, y se divide el tiempo.
Déjame sonreír en tu pupila.

Todo acabará cuando el cielo se abra,
Así que déjame susurrarte los poemas que escribimos juntos,
Que te cante bajo la lluvia divina,
Saltemos juntos mientras la tinta de tu corazón se expande. 

Aún son las doce del día,
Y tus labios no se separan, no se juntan.
Te pido que me grites en fuego, 
Que me golpees en música. 

Mientras, hacia el cielo llora el crepitar del fuego. 

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